LA RECOLECCIÓN DE LAS PLANTAS MEDICINALES
El
conocimiento preciso de las plantas medicinales es primordial para su
recolección. Una vez lo tengamos, hay que saber cuándo, dónde y de qué manera
se recolectan las hierbas. La experiencia ha demostrado que los mejores
resultados de curación se han conseguido con hierbas recién cogidas, las cuales
son imprescindibles para obtener un éxito en caso de enfermedades graves.
Hierbas frescas puede recolectar uno mismo desde principios de la primavera, a
veces ya a finales de febrero, hasta entrado noviembre. Algunas incluso se
pueden encontrar en invierno debajo de la capa de nieve (p. ej. la Celidonia),
con tal de que uno se acuerde del lugar donde crecen.
Para el
invierno se prepara una reserva no muy grande de hierbas secas, las cuales se recolectan
en el momento de su mayor contenido en sustancia activa:
Para la
F LO R es al principio de la floración.
Para las
HOJAS antes y durante la floración.
Las RAI
CES se desentierran a principios de la primavera o en otoño.
Las F R
U TA S se recogen en la época de su maduración.
Además
téngase en cuenta las siguientes reglas:
¡Sólo se
cogen plantas sanas, limpias y sin insectos!
Las hierbas
se recolectan los días de sol, sin estar húmedas y cuando el rocío se haya evaporado.
Para la recolección hay que evitar campos y praderas abonados químicamente,
riberas de aguas sucias y contaminadas, terraplenes ferroviarios y la proximidad
de carreteras frecuentadas, autopistas e instalaciones industriales.
¡Cuida bien
la naturaleza! ¡ No arranques las plantas con todas las raíces, no hagas ningún
daño! Algunas plantas están bajo protección. Hay muchas otras plantas medicinales
con las mismas sustancias activas que no están protegidas. (p. ej. Oreja de oso,
protegida — Primavera, no protegida).
Precauciones:
Al cogerlas no hay que aplastar las
flores y hojas ni meterlas en bolsas de plástico, porque entonces las hierbas
empiezan a sudar y más tarde al desecarlas se vuelven negras. Se pudren
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