EXFOLIANTE NATURAL:
La
exfoliación, además de afinar los poros, retira las impurezas de la piel. Es un
gesto de belleza que previene la aparición de puntos negros y granitos. Es un
paso imprescindible cuando queremos que nuestra piel se vea más fina, limpia y
luminosa.
En un
cuenco, verter una cucharada de harina de avena, una de miel, una cucharada de
azúcar, agua de rosas y zumo de limón. El limón, es una fruta que posee
propiedades exfoliantes y desinfectantes, rico en vitamina c… lo que ayuda a
aportar luminosidad a tu piel. Mezclar todo hasta conseguir una pasta
homogénea.
Aplicar de
manera uniforme sobre todo el rostro, utilizando un pincel de mascarilla. Masajear la piel en sentido ascendente, para
aumentar el efecto de arrastre de las células muertas y las impurezas. En caso
de tener la piel sensible, se evitarán las maniobras agresivas, ya que, pueden
enrojecer más la piel. En este caso, las maniobras serían “de arrastre”, hacia
los lados de la cara. Si tenemos la piel con granitos, evitar hacerse el
peeling, ya que, si hay infección en los granitos, podemos extenderla al resto
de la cara.
Después del
masaje, que durará unos pocos minutos,
dejamos actuar el preparado en nuestra piel. El agua de rosas, calmará la piel.
La miel aportará nutrición y regeneración y la avena, rica en vitaminas,
complementa nuestro peeling- mascarilla.